martes, 28 de agosto de 2012

EN BUSCA DE SER DISTINTO Y NO ESTAR EXTINTO






Cortesía portal digítal, Lemon Politik
                                                

“Eres distinto o estás extinto”, es  una de las frases a las que me remito, al momento de comenzar a hablar de la problemática que genera el termino "cultura" en la actualidad, confrontación originada a partir de la mala interpretación de la que es víctima dicho concepto, por parte de  una socedad liquido-gaseosa, en la que impera la levedad critica y mental.

La expresión cultura, es denominada como un conjunto de prácticas y/o comportamientos que regulan y controlan a una sociedad, que no permanece estática frente a un resistente y predominante campo mediático, permitiendo de esta manera, renovarse conforme transcurre determinado periodo de tiempo. Sin embargo, a diferencia de los que muchos piensan, y que a ciencia cierta no conocen ni distinguen que significa cultura; las practicas, códigos, normas o reglamentos, que rigen a una sociedad, no impiden de manera alguna el despertar de un pensamiento razonable y analítico, llevando a una persona a no actuar conforme a la voluntad de los demás, sino a la verdadera posición propia.

Esto no quiere decir que sea necesario alejarse de las comunidades existentes hoy en día, sino  que por el contrario, esa pertenencia a estos grupos, se encuentre fundamentada, enmarcada  y acorralada por  argumentos  individuales e inalienables,  en los que el dominio y la presión social no intervengan, cediendo de esta forma, el paso al  prevalecimiento de una decisión personal-racional, que no reprima nuestros intereses  más ecuánimes o signifique daño a nuestra integridad como seres naturales y sociales.

No obstante,   es difícil más no imposible desligarse de la idea que ha ido implantando en nuestras mentes el consumismo, método por el cual se nos vende la idea de adquirir desproporcionada e ilógicamente no sólo productos y servicios, sino también ideologías, pensamientos, patrones de comportamiento y actitudes inconscientes, que regulan y destruyen nuestra capacidad de resistencia, y posturas críticas frente a los fenómenos y circunstancias que rodean nuestra sociedad. Es precisamente allí, donde surge lo hoy en día se conoce como el Homo economicus, un ser que se caracteriza por desear ser más grande y popular que los demás, por conservar mayor cantidad de bienes materiales pero con menos valores espirituales, y finalmente por ser percibidos y constituidos como individuos únicamente consumidores, dejando a un lado la mirada independiente y la competencia o aptitud a reprochar, juzgar y analizar constructivamente lo que nos cerca.

Hemos perdido y tergiversado el verdadero y amplio significado que posee la palabra cultura, que etimológicamente en un principio se refería al arte de cultivar nuestro intelecto, pero que luego de una transformación social, que implicó pasar de un estado sólido a una posición liquido-gaseosa, llegó a ser reformada, a tal punto de considerar que cultura sólo significa información y  conjunto de prácticas convencionales que dejan a un lado nuestro análisis constructivo. Por ello, no cabe duda de que hemos aniquilado la legítima y veraz definición de este término,  afirmación que nos remonta a esta apropiada y oportuna  concepción: “La cultura da al hombre la capacidad de reflexionar sobre sí mismo. Es ella la que hace de nosotros seres específicamente humanos, racionales, críticos y éticamente comprometidos. A través de ella discernimos los valores y efectuamos opciones. A través de ella el hombre se expresa, toma conciencia de sí mismo, se reconoce como un proyecto inacabado, pone en cuestión sus propias realizaciones, busca incansablemente nuevas significaciones, y crea obras que lo trascienden.” Vamos camino a la extinción.


 Fecha de publicación:29 de agosto de 2012


viernes, 10 de agosto de 2012

RESPONSABILIDAD SOCIAL EN EL PROGRESO DE NUESTRA COMUNIDAD.



Cortesía getty images.com


El Poder es Poder, es algo de lo que ya no hay menor duda.  Esas buenas  intenciones de ayudar a los compatriotas, de generar un mejor estilo de vida, de brindar o "regalar" un futuro mejor, fueron y continuan siendo sólo discursos disfrazados en bellas palabras; mentiras que por un momento nos consuelan y después nos desconciertan, señalandonos  nuevamente que nuestra decisión fue erronea y que, quizás estamos condenados al perpetuo fracaso.

Pensé por un momento, que nosotros no habríamos podido ser los victimarios y asesinos de nuestro propio progreso; dude ciegamente de nuestra incapacidad  de  aniquilar el bienestar, el prevalecimiento y  la existencia de nuestro pueblo, pero infortunadamente creo que me equivoqué. Erré al no considerar la falta de compromiso (al elegir y participar democráticamente y sabiamente) y  responsabilidad politica-ciudadadana, que nos aqueja.

Somos pacientes aún cuando salen a relucir las  verdaderas intenciones de quienes se encuentran en el pedestal de la nación. Y es en ese momento, donde comienza la crisis: Los ciudadanos o pobladores comienzan a sentir los efectos del  político-dictador; el hambre, el desempleo y la falta de libertad inician el camino hacia la cruel devastación o destrucción de las esperanzas, la bondad y sumisión de un  pueblo.

Somos la causa y la consecuencia de nuestros desastres políticos, dado a  que somos nosotros quienes  tenemos el poder de elegir, de discutir, de retirar a aquello que nos hacen daño y nos conduce a una tenebrosa eliminación social. Sin embargo, esa labor de debatir no la tomamos en serio, nos importa más la moda o los teleshows que nos transmite la televisión colombiana, qué sentarnos a cambiar el presente y el fututo de nuestro país; una nación en la que reina la corrupción, la pobreza, el confort y la fortuna privada, por encima de la tranquilidad de una sociedad.


Entonces,¿Por qué nos hacemos la  pregunta, de por qué el país está así? ¿Somos acáso complices de nuestro cruel destino comunal?

Por eso, mientras no tomemos conciencia y responsabilidad social-ciudadana, nuestro futuro no va a cambiar, y lo peor de todo, es que  nuestros dirigentes segurirán considerando que el poder es poder, y por ello tendrán cada vez más autoridad para acribillar, asesinar y aniquilar la libertad, el éxito y la igualdad de nuestra comunidad.