miércoles, 5 de septiembre de 2012

INTERNACIONALIZAR EL MUNDO

 
 
 
                                                  Cortesía lamatrixholografica.wordpress.com


Hace poco tuve la grata experiencia de exponerme decididamente y sin ningún tipo de prejuicio a un interesante discurso, quizás la mejor alocución que he podido  escuchar de un ministro de educación en lo que llevo de vida, en el que las cifras y las estrategias  convencionales no entraron en cabida. En él, pude ser testigo de cómo un personaje tan importante,  como lo es el actual ex ministro de educación de Brasil, Cristovão Chico Buarque, pasó de ser un político tradicional e indiferente, a ser todo un humanista comprometido con la equidad social y mundial,  cuyo pronunciamiento “(…) sintiendo el riesgo de la degradación ambiental que sufre la Amazonia, puedo imaginar su internacionalización, como también de todo lo demás, que es de suma importancia para la humanidad”, ha dejado y sigue despertando una gran reflexión y enseñanza  no sólo a nuestros dirigentes, sino a los misma población universal, responsables de cuanto acontecimiento afortunado e infortunado rodea y abastece la realidad internacional.

Este discurso, que bien podría  haberse desarrollado como un pronunciamiento puramente diplomático y nada auténtico en relación a las arengas que ya conocemos, terminó convirtiéndose en un sermón magistral, en el que no sólo Brasil (por medio del entonces ministro de educación), se oponía a la internacionalización de la Amazonía, sino que condicionaba esa universalización de este parte del mundo, a  la internalización, generalización y masificación de todos los recursos y seres existentes en el planeta, es decir,  que su propuesta se centraba  únicamente en  renunciar a la propiedad privada y adentrarnos a construir progreso en él  dominio público.

Desde allí, desde esta perspectiva profundamente evolucionista y humana, es en la que me sitúo para levantar la voz y decir que éste debería ser el ideal de todo hombre de leyes, de todo sujeto con  corazón y cerebro. No es descabellado e ilusorio decir que Cuando los dirigentes traten a los niños pobres del mundo como Patrimonio de la Humanidad, no permitirán que trabajen cuando deberían estudiar; que mueran cuando deberían vivir”, al contrario, éste sería  uno de los  tantos propósitos y  sueños de quienes aún conservamos el valor de la libertad, la justicia y la equidad, por encima de las inadmisibles doctrinas y políticas que pretende meter en nuestra cabeza el  irracional capitalismo.

Sin embargo, y en completo acuerdo con lo que  anunciaba Buarque, no se puede arriesgar todo por nada; no es posible poner un recurso tan valioso como la Amazonía en manos de quienes sólo pretenden obtener más riqueza a punta de su desbordado aprovechamiento, entendiendo que la única y verdadera posibilidad de que se internacionalice el mundo, es que el mismo mundo quiera y se deje internacionalizar. Ya basta de justificaciones baratas y estúpidamente prefabricadas, la tierra y sus hijos no conocen dueño alguno y no les interesa poseerlo.

Sí usted, señor lector, quiere dejar que todos los recursos y seres que nos rodean sean de dominio total de la humanidad, entonces únase y suba la voz, para que de esta  forma podamos cambiar y suprimir nuestra inmerecida, inequitativa y triste realidad.

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